viernes, 25 de marzo de 2011

Ni olvido ni perdón.

En estas fechas en donde cada argentino tiene la posibilidad de pensar, debatir y reflexionar, en donde se conmemora una época trágica, nombrada como Día de la memoria, la verdad y la justicia, hoy también recordamos una era nefasta y oscura para todos los sanlorencistas y para todo los hombres amantes del fútbol.  La era en donde fuimos desterrados de nuestro hogar, aquella que tablón a tablón fue construida a base de amor y orgullo, la que podía albergar a 75.000 almas que concurrían cada fin de semana para alentar sus colores. Época en que nos quitaron el viejo y querido Gasómetro.

Se vivía una época negra en la Argentina toda, y el fútbol no se encontraba dentro de una burbuja. Todos los clubes de la Asociación del Fútbol Argentino se hallaban afectados por una pobre situación económica. Y en las manos del Brigadier Osvaldo Cacciatore, alcalde bonaerense en aquella época dictatorial, poseía un plan canalla: expropiar los terrenos del mítico Gasómetro. Y lo consiguió a base de movimientos fraudulentos, falacias sobre aberturas de calles, construcciones de viviendas y reordenamiento urbano.

El 2 de Diciembre de 1979 se juega el último partido en el “Wembley Porteño” frente a Boca Juniors. El partido finalizo 0-0, un partido que para muchos fue una misa de luto, porque una gran parte de la historia santa murió ese día. Luego de aquella noche llena de lágrimas el cuervo deambulo por 14 años. Hasta el año 1993 donde pudo levantar a base del esfuerzo de sus hinchas, su nuevo hogar. Pero todavía lamenta el día del destierro, y hoy gracias a varias organizaciones, al club y a todo aquel que esté interesado en recuperar aquello que les fue arrebatado por la dictadura, se mueven en busca de la vuelta a Boedo, la vuelta a tierra santa a través del la Ley de Restitución Histórica. El camino por recuperar el predio que hoy ocupa Carrefour estará plagado de trabas, pero la lucha nunca acabará

A continuación publicaremos un Texto incluido en la obra "El Fútbol a sol y sombra" de Eduardo Galeano. Editorial Catálogos, Nueva edición ampliada 2007. Página 129.

“Carta de Osvaldo Soriano a Eduardo Galeano”
“Querido Eduardo:

Te cuento que el otro día estuve en el supermercado “Carrefour”, donde antes estaba la cancha de San Lorenzo. Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos. De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y me dice: “Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca”. Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verduras y dice: “Fue el gol más rápido de la historia”.


Concentrado, como esperando un córner, me cuenta: “Le dije al cinco, que debutaba; no bien empiece el partido, me mandás un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevilla se llamaba, se asustó, pensó; a ver si no cumplo”. Y ahí nomás Sanfilippo me señala la pila de frascos de mayonesa y grita: “¡Acá la puso!”. La gente nos mira, azorada. “La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco hasta ahí, donde está el arroz, ¿ve?! –me señala el estante de abajo, y de golpe corre como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados -: “La dejé picar y ¡Plum!”. Tira un zurdazo.

Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar. Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar. El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más que para que yo pudiera verlo.”

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